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Erupción del volcán Puyehue – Día 294

Erupción del volcán Puyehue – Día 294

Finalmente ha ocurrido, la erupción entró en fase terminal. Lo de ayer no fue una ilusión óptica sino que el SERNAGEOMIN bajó el nivel de alerta de rojo a naranja. Si bien la erupción técnicamente continúa, el nivel naranja indica que no se espera actividad perceptible fuera del área del volcán. En términos prácticos la pluma, que la última vez que anduvo por acá fue hace dos semanas, se dispersaría antes de dejar la montaña.

La cámara de Futangue permitió ver la pluma a la mañana, antes que se nublara:

Tuve que realzar bastante el contraste porque en el original apenas se distingue. O sea que esta imagen está alterada para mostrar que la pluma sigue ahí, pero tan tenue que se pierde en el cielo.

Erupción del volcán Puyehue – Día 293

Erupción del volcán Puyehue – Día 293

Llevamos unos cuantos días sin ver la pluma en el horizonte. Pero hoy cuando vi las imágenes satelitales me encontré con que la pluma no se distinguía:

Revisando las cámaras web del OVDAS pude comprobar que la pluma seguía ahí, aunque mucho más débil:

Y por la tarde estaba casi imperceptible:

Si bien ya hemos tenido momentos de caída en la actividad, en las últimas semanas el descenso en el tamaño y densidad de la pluma es muy marcado y tal vez estemos en la, por fin, fase terminal de la erupción.

Erupción del volcán Puyehue – Día 184

Erupción del volcán Puyehue – Día 184

¡Cumplimos seis meses de erupción!

Ciertamente no esperábamos que fuera a durar tanto. La erupción arrancó antes del invierno y hasta los más pesimistas creíamos que terminaría antes de la primavera. Los políticos, en el otro extremo, pronosticaban que no sería problema de más de dos o tres semanas. ¡Manga de ilusos! Lo malo es que mucha gente les creyó y lo peor es que muchos funcionarios se agarraron de eso para no aprobar ayudas prometidas. Desde un primer momento se minimizó el asunto y aun hoy, después de seis meses de erupción ininterrumpida, se siguen pateando las ayudas y escondiendo los problemas. No en Bariloche, donde con un poco de cambio de hábitos la vida continúa bastante normal, ni en Villa La Angostura, donde las topadoras siguen cargando arena en enormes camiones y de a poco regresa el verde al paisaje. El problema son los alrededores, los parajes aislados y olvidados donde los animales se mueren por la falta de agua y comida, la gente se encierra en sus casas durante las interminables tormentas de polvo, sin estadísticas de afecciones pulmonares, daños a la vista, cambios en la calidad de vida, escolaridad alterada y un largo etcétera.

Pero eso lo desarrollaré más adelante. Hoy tengo otras cosas para mostrar. Hace una semana, casi en concidencia con estos seis meses, cruzamos a Chile y pude ver y fotografiar un paisaje casi surrealista, con bosques a medio camino entre un otoño-invierno y un incendio.

En ese lugar, cerca de donde sale el sendero a la cascada de Santa Ana, me metí dentro del bosque para satisfacer la curiosidad. Empecé pisando con cuidado, temiendo enterrarme en la arena, pero la verdad es que el suelo es muy compacto. Tal vez sea porque está saturado de agua o la mezcla de distintos tamaños de ceniza logró una masa bastante dura sobre la que se puede caminar con seguridad.

Y adentro del bosque recordé la sensación de estar en medio de un bosque quemado, monocromático y silencioso.

En Chile pude ver lo que me habían contado mis compañeros de trabajo, aunque las nubes de lluvia no dejaban ver mucho. En cercanías del volcán, entre 15 y 20 kilómetros del cráter, los árboles han perdido las hojas o las tienen de color marron, como si estuviéramos en otoño. En Chile la mayoría de los árboles son perennes, el siempreverde valdiviano es muy característico y por eso ver un paisaje amarronado llama mucho la atención aun cuando en el suelo hay menos ceniza acumulada que en el paso.

Todavía se estudian las causas, pero las sospechas pasan por la lluvia ácida que podría estar cayendo de manera casi continua por estos meses, por cambios en la química del suelo, por asfixia de las raíces con la ceniza compactada o incluso por la caída de la ceniza caliente en el primer día. Seguramente no haya un único culpable sino que sea una combinación de factores, como suele suceder en eventos de esta complejidad.

Y para cerrar, las imágenes satelitales de hoy, con la pluma que estuvo dirigiéndose al norte y que a última hora se dejó ver en el horizonte, cuando las nubes de tormenta se fueron dispersando.

Erupción del volcán Puyehue – Día 152

Erupción del volcán Puyehue – Día 152

El Hudson, después de una semana amenazante, pareció tranquilizarse. Los geólogos chilenos le plantaron varios sismógrafos para tener mejores datos y concluyeron que la actividad bajo el volcán estaba tranquila y por eso desestimaron una erupción violenta. ¿Y saben qué? Acertaron. Conocen la naturaleza y empiezan a entender cómo funciona. Así que manteniendo un ojo abierto por las dudas, bajaron el nivel de alerta a amarillo y permitieron a los evacuados regresar a sus hogares.

Ayer mi hermano publicó en su perfil de Facebook un par de fotos que tomó el 27 de Octubre pasado y me dio permiso de publicarlas acá. Las tomó desde Los Antiguos justo antes de irse para el Sur:

Con un poco de zoom:

La pluma resultó ser mayormente de agua y por eso me costaba mucho identificarla en las imágenes satelitales. Pero cuando el volcán se calmó y el cielo se limpió, se pudo ver algo interesante. Hacia el Este del volcán cayó una ceniza negra que incluso absorbe la radiación infrarroja, un detalle interesante que muestra que esas cenizas tienen otra composición química que las cenizas de los otros dos volcanes actualmente activos en Patagonia. Para compararlos, los reuní en una sola imagen:

Como se puede ver alrededor de cada volcán hay una mancha de cenizas, negra para el Hudson, gris para el Chaitén y para el Puyehue. Este último sigue activo y aun molestando. El area gris es mayor por esta causa. Hace tres años alrededor del Chaitén todo era gris y lo mismo para el Hudson hace 20 años. Lo interesante de esta imagen es que tenemos tres volcanes activos en Patagonia al mismo tiempo, algo que no era muy común hasta ahora.