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Etiqueta: Patagonia

Erupción del volcán Calbuco – Sexto día

Erupción del volcán Calbuco – Sexto día

Hoy tuvimos un intenso viento del Este, algo no muy usual en Bariloche. Esto hizo que la pluma se quedara en Chile pero a su vez levantó y trajo la ceniza caída en la zona del Limay por lo que al final no resultó en el alivio esperado.

En las imágenes se puede ver cómo la bruma invadió Chile de manera intensa, como estuvo acá el jueves pasado. Si bien el viento trajo algo de ceniza estuvo menos problemático que ayer.



Fue curioso a la tarde cómo la nube de ceniza parecía llegar hasta el lago y detenerse ahí.


Para el viernes se pronostica algo de lluvia, lo que limpiaría el aire y en especial lavaría un poco la ceniza de plantas y techos, reduciendo mucho lo que se levanta con el viento.

Como curiosidad final, en el siguiente recorte de la imagen de la tarde se puede ver el calor de la lava del volcán Villarrica, que a su vez está rodeado por la ceniza del volcán Calbuco. Chile.

Erupción del volcán Calbuco – Tercer día

Erupción del volcán Calbuco – Tercer día

Hoy el volcán empezó a emitir una nube moderada de ceniza y parece que la esperada tercer erupción no va a ocurrir. Según informaron del SERNAGEOMIN, la pluma actual está liberando la energía acumulada de manera gradual y por eso no habría otra explosión como las del 22 y 23. Por un lado mejor porque es preferible que se «desinfle» de a poco pero por el otro podemos estar así por meses.

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La meganube de ayer cruzó el Alto Valle del Río Negro y siguió su viaje hacia el norte, cubriendo un amplio arco desde Mendoza hasta Buenos Aires, donde llegó hoy al mediodía. En Bariloche pasamos a tener un día «tranquilo» de pluma, con cielo celeste sobre nuestras cabezas pero sin llegar a ver nítidamente las montañas.


Y, como era de esperarse, el atardecer fue espectacular. Como ocurrió con el Chaitén y con el Caulle, las cenizas provocan unos efectos ópticos que multiplican la belleza usual de los atardeceres. Una buena recompensa tras tantas molestias.


En poco más detalle:



Incendio en río Tigre – Febrero de 2015

Incendio en río Tigre – Febrero de 2015

Iba a titular este post con «Sol rojo al atardecer», pero cuando vi las imágenes satelitales y fotos que empezaron a circular por Internet decidí ser más preciso. Hoy Bariloche amaneció con una extraña nube marrón que muchos temieron que fuera por un volcán. Pero no era así, se trataba del humo de un incendio en cercanías de Cholila, entre El Bolsón y Esquel, a unos 200 Km al sur de Bariloche.

Al llegar la tarde la nube de humo se hizo más espesa y nos otorgó un interesante atardecer:


¿Y de dónde salió todo este humo? Bueno, de un gigantesco incendio en el río Tigre, principal afluente del lago Cholila, en la provincia del Chubut:

La cantidad de humo no permite distinguir claramente el tamaño del incendio, pero el humo en sí es tan denso y extenso que seguramente supera lo que hemos visto en la región en los últimos 16 años.

Y mientras estaba armando este post, Pablo Wegrzyn, un poblador del lago Cholila compartió unas fotos que tomó hoy y me permitió agregar a esta publicación, para ilustrar lo que realmente está sucediendo allá:

Caviahue – Abril de 2013

Caviahue – Abril de 2013

Con el cimbronazo del volcán Copahue en Diciembre pasado, el pueblo de Caviahue salió a hacer promociones por todos lados. Y en esos giros de la vida terminamos visitándolo después de Semana Santa. No lo conocía y realmente debí haber ido hace tiempo. Es como viajar a otro planeta, o a otra época muy remota.

Llegamos al pueblo de Caviahue de noche, en medio de una tormenta de aguanieve. Al día siguiente amaneció despejado y con nieve muy cerca. A la mañana fuimos a la laguna Escondida, que está a media hora caminando desde el pueblo y es un excelente primer contacto con los bosques de araucarias.




A la tarde fuimos hasta las Termas de Copahue, que están a unos 20 Km de Caviahue. El camino sube por las laderas del volcán y parece un paisaje marciano, aunque con algunos carteles curiosos que dicen «no salga del camino, suelo a 80 grados». Y es que las fumarolas están por doquier, basta con detenerse un rato a mirar y ver vapor brotando de todos lados. El punto en contra es el penetrante olor a azufre que se vuelve insoportable por momentos, pero se compensa con la sensación de estar recorriendo un lugar fuera de este mundo.