Cuando el juego es cambiar las reglas sin avisar – Segunda parte

Cuando el juego es cambiar las reglas sin avisar – Segunda parte

En Diciembre del 2013 relaté lo que estaba sucediendo con las compras en el exterior. Habían cambiado las reglas para la manera de ingresar los productos y lo habían hecho de manera retroactiva al incluir lo que estaba en tránsito. EN mi caso tenía varias cosas en camino y fueron días de caos para tratar de entender lo que estaba sucediendo.

Para el 10 de Diciembre, fecha de mi post, tenía en camino tres pedidos a China. Uno llegó la semana siguiente, lo que fue una suerte porque habían algunos regalos de Navidad. Otro llegó en Enero y el tercero, que ya lo había dado por perdido, llegó en Abril. Estas compras las había hecho en Octubre, por lo que le tomó casi seis meses llegar.

Pero el dolor de cabeza fueron las compras a Estados Unidos. Lo que había comprado en Octubre quedó retenido en el depósito de Puntomio en Miami. Lo que había comprado en Noviembre fue rechazado directamente por Puntomio y me devolvieron el importe del producto pero no del envío y menos del 35% que la AFIP se cargó en la transacción.

Pasado el caos inicial, la siguiene fase fue ver qué hacer con lo que había quedado en depósito. Para que tengan una idea, era ésto:

A lo largo de las siguientes semanas fui viendo de que lo enviaran a algún conocido dentro de EEUU, luego a Europa y finalmente, a Chile. Esta última opción fue la que finalmente llevamos adelante, aunque las idas y vueltas con Puntomio parecían una burocracia estatal. Después de casi dos meses enviaron el paquete de Miami a Santiago de Chile, donde quedó retenido en otro depósito, esta vez en la aduana chilena.

Esta parte es algo más graciosa, ahora que quedó atrás. Resulta que las facturas de los items del paquete estaban a mi nombre y con una dirección en Miami. Para la aduana chilena no servían porque el destinatario era otra persona viviendo en Osorno. La solución fue crear una factura donde yo, con residencia en Miami, le enviaba las cosas a esta persona en Osorno. Y después nos sorprendemos de las cuevas para el lavado de dinero…

Pagando los impuestos chilenos y un abultado costo de transporte, el paquete llegó a Osorno. Ahí quedó un par de semanas hasta que pudimos ir hasta allá y traerlo a casa. Eso fue a fines de Marzo, con lo que el periplo insumió cinco meses y muchísimos dolores de cabeza.

Pero finalmente pude tener en mis manos un X-Wing después de 30 años queriendo tener uno:

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