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Mes: junio 2011

Erupción del volcán Puyehue – Día 27

Erupción del volcán Puyehue – Día 27

Hoy salí del trabajo y me di cuenta que el viento efectivamente ha estado moviendo las cenizas. No solo el polvo más fino que nos molesta, sino también la arena que cayó primero. Claro que no sale volando sino que va de un lado a otro, logrando algunas figuras y patrones interesantes en el suelo:

Resulta que cuando cayó la arena el primer día, en realidad cayeron dos tipos bien diferentes. Uno es la arena clara y gruesa, una piedra pómez diminuta:

La otra es una arena más fina, oscura y más pesada:

Por lo general estas dos cenizas están mezcladas y se ven como una sola, pero con el viento y ocasionalmente con el agua se separan y distinguen bien. Si bien no la puse en el microscopio aún, me atrevo a pensar que es más basalto y menos pómez. Será cuestión de jugar un poco a ver qué se encuentra.

Erupción del volcán Puyehue – Día 26

Erupción del volcán Puyehue – Día 26

La noticia ayer y hoy fue que Cascón declaró bajo presión estado de desastre, ante las pesimistas perpectivas que tiene la temporada. Pero hoy en otra nota algunos Dudan que el «desastre» sirva para Bariloche, principalmente porque la declaración de ayer fue para que los medianos comerciantes no pierdan en los próximos meses e incluso, como me han comentado, aprovechen oportunidades como el obtener créditos a tasas muy bajas aun sin necesitarlo.

Si bien la declaración de «desastre» puede ahuyentar a turistas, que a mi entender ya están ahuyentados, también puede ayudar a la gente si se instrumentan las medidas que citaron ayer. Considero que las que más impactarían en la población sería la reducción el IVA y de los impuestos en los combustibles. Estos dos elementos, en especial el IVA, haría que la población de menores recursos pueda vivir con menos ingresos. El combustible ayudaría más a la clase media para poder trasladarse en una zona donde es normal que una familia destine de 800 a 1000 pesos por mes en nafta o gasoil para ir y volver del trabajo. El resto de las medidas afectaría principalmente a un sector relativamente pequeño de la población, ya que los más frágiles son los empleados y los profesionales independientes a los que los beneficiaría una reducción del impuesto Monotributo, por ejemplo.

Pero para mi lo más crítico acá es que se ha puesto evidente que tenemos una estructura económica muy frágil. ¿Cómo es posible que no podamos sortear una mala temporada? No es que no vayan a haber turistas, vendrán y habrán empresarios que ganarán dinero y todo. Pero hay un gran sector que trabajará menos o incluso nada en la temporada. Claro que hemos tenido malas temporadas como con los incendios, el Hanta y la gripe A, pero en esos casos venía poca gente de todos los estratos sociales. Ahora lo que sucede es que con el aeropuerto cerrado no viene un tipo de turista que hace mover a una buena parte de la sociedad. No se ven acciones por parte del Gobierno para resolver eso, más allá de unas tibias sugerencias. ¿A esto hemos llegado? ¿Se cae un medio de transporte y un quinto de la ciudad se queda sin trabajo? En vez de evitar que un hotel cierre por falta de pasajeros, ¿no sería mejor lograr que esos pasajeros vengan por otros medios? ¿Tan difícil sería lograr que vuelen a Puerto Montt y se los cruce por Pérez Rosales, a precio diferencial? Si habría que repartir plata, yo lo haría ahí.

Para terminar, después de tres días de notas bastantes depresivas, les paso una panorámica que saqué el domingo y que recién hoy pude armar como quería:

Erupción del volcán Puyehue – Día 25

Erupción del volcán Puyehue – Día 25

Ayer salieron publicadas dos noticias sobre los eventos volcánicos en nuestra región. El primero «Un hecho natural y repetido«, por el geólogo Carlos Beros y publicado en el diario digital Bariloche 2000, y el segundo «Las cenizas volcánicas y sus efectos sobre el suelo«, por Alicia Apcarian y Jorge Irisarri de la Universidad del Comahue y publicado en el diario Río Negro. Ambos muy interesantes que explican que los volcanes son parte de nuestro entorno.

Y hoy el diario Río Negro publicó una serie de notas que muestra que la fragilidad ante un evento de éstos está en nosotros, los seres humanos:

Las abejas también sufren el paso de las cenizas, lo que afectará a la polinización en primavera y en especial a los productores de miel.
La necesidad real se va a ver más adelante, sobre los problemas que ya se empiezan a vislumbrar que tendrá la gente en Villa La Angostura.
Crítica situación de los recicladores, sobre cómo la ceniza complicó directamente a los recicladores al dificultarles la recuperación de material, además de que la caída en la actividad turística también los afecta porque habrá menos material para recuperar.

Mientras algunos miran con tristeza a los bosques, lagos y ríos, es nuestra trama social la parte más frágil. La Naturaleza se las arreglará con la ceniza, tal como lo ha venido haciendo por millones de años. Nuestra zona está formada por la actividad volcánica y las especies biológicas han evolucionado para sobrevivir a los eventos. Pero es la sociedad la que está complicada, con una infraestructura poco preparada para soportar un evento que sale de lo cotidiano y donde rápidamente amenaza con ponernos contra las cuerdas. La solución no es volver a las cuevas, sino readaptarnos y pensar que ésto no es algo que ocurra muy de vez en cuando. En los poco más de 100 años que tiene Bariloche ya es la cuarta erupción volcánica que nos afecta. Si algo deberemos aprender de este evento es que no podemos dejar de estar preparados.

Erupción del volcán Puyehue – Día 24

Erupción del volcán Puyehue – Día 24

Debo confesar que cuando empezó la erupción no imaginé que iba a estar posteando todos los días y, menos aun, que la erupción iba a durar tanto. Aunque en esto último tal vez haya pecado de confiado porque es raro que una erupción de la dimensión de la actual no pase de las dos semanas. Mejor dicho, lo normal es que estos eventos sean prolongados, de meses y meses de duración. Esperemos que no sea éste el caso.

Pero algo que noté y que imagino se repite en muchos hogares, es el cambio de usos y costumbres derivados de la caída de las cenizas. Antes era entrar a cualquier lugar y como mucho sacudir los pies si había nevado o llovido y caminado sobre barro. Ahora como la arena está por todas partes, tomé la costumbre de patear el último escalón antes de entrar a un lugar y después limpiarme en los ya dos o tres felpudos y trapos de piso que hay en todas las entrada. En mi casa ya incorporamos el sacarnos las zapatillas apenas cruzamos la puerta, algo impensado hace un mes atrás. Y con estas precauciones y todo, barremos tres o cuatro veces por día y siempre se junta arena. Antes se barría una vez por día y no llegábamos a juntar lo que se junta ahora después de un par de horas, en especial cuando sopla viento.

Habrá que ver cómo será en un tiempo, cuando todo esto pase. Mientras tanto ya vemos esa maldita capita gris por todas partes, pero ya le damos poca importancia. Basta con pasar un trapo y seguir viviendo normalmente.