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Etiqueta: piedra pómez

Paseos de primavera – Octubre 2020

Paseos de primavera – Octubre 2020

Ya llegó la primavera y si bien seguimos acuarentenados con pánico social incluido, no está mal aprovechar el buen clima para salir a despejar un poco la cabeza. Salidas chicas de momento porque muy lejos no se puede ir así que este post incluye dos salidas distintas.

La primera es en Circuito Chico visitando Puente Romano, Laguna Escondida y Bahía De Los Troncos:

Hacía mucho que no iba a este lugar. Tanto que me sorprendió encontrarme con que no habían troncos sino que ahora hay una gran extensión de arena. Pero no cualquier arena sino piedra pómez de la erupción del Caulle en 2011. Sí, hacía tanto tiempo que no iba.
Fue un poco como volver 9 años cuando todas las playas estaban cubiertas de piedra pómez. Con el tiempo las olas fueron lavando todo y ya quedan pocos remanentes de arena.


La segunda salida fue a la picada del refugio Jakob. El refugio está cerrado y no se permite subir pero sí se puede ir hasta el puente colgante, a mitad de camino. Son casi nueve kilómetros de caminata y otro tanto de vuelta por lo que resulta en un buen ejercicio para ablandar las piernas.

Erupción del volcán Puyehue – Día 244

Erupción del volcán Puyehue – Día 244

Después de unos cuantos días de tormenta las nubes abrieron y pudimos tener un cielo tan azul como hacía tiempo no ocurría:

Venimos tan acostumbrados al grisado que cuando se limpia el aire todo parece tener más color. La tormenta también removió piedra pómez que fue cruzando el lago y hoy, con la calma, quedó sin rumbo frente a la costa.

Por la tarde levantó un poco más de viento y la pluma giró hacia el sur, cubriendo el paisaje y regresándonos al paisaje brumoso.

El viento, además, llevó la piedra pomez a las playas donde pudimos revivir un poco el paisaje de Junio. Es interesante cómo a casi ocho meses del inicio de la erupción siguen pasando estas cosas.

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Erupción del volcán Puyehue – Día 190

Erupción del volcán Puyehue – Día 190

Entrando ya en la semana 28 y a 190 días del inicio de la erupción, continúo con la segunda parte de las fotos que saqué en Chile.

Esta vez es de un solo lugar, el Salto de los Novios, apenas un par de kilómetros de la Aduana Pajaritos del paso Cardenal Samoré. Es un salto muy estético que originalmente es de aguas cristalinas enmarcado en el bosque valdiviano.

Pero con la erupción del volcán el río es una de las dos principales cuencas afectadas por la caída de las cenizas, por lo que el agua transporta sedimentos de manera contínua desde hace meses y por lo tanto la cascada tiene un color amarronado. Si bien está a unos 14 km de la erupción, la cantidad de ceniza acumulada es relativamente poca pero muy gruesa, aunque es difícil de determinar qué se ha caído del cielo y qué ha sido transportado por el río.

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Bajando a la costa se hizo muy notorio el olor a azufre, apenas perceptible en el mirador que está unos metros más alto. Es la primera vez que lo huelo y es una clara demostración de lo cerca que se está del volcán. Sin embargo está lejos de ser molesto. Parado sobre una piedra saqué una pequeña panorámica de 360 grados para tener una mejor idea de cómo se ve en el lugar:

Si bien en las fotos se pierde la escala, la piedra pómez variaba entre 5 mm y 3-4 cm y las piedras más grandes estaban sobre rocas a más de dos metros sobre el nivel del río. No se veían marcas ni indicios de la altura a la que llegó el río, del que sé que subió bastante por momentos. Las crecidas debieron ser un espectáculo aparte.

Para terminar, las imágenes satelitales de hoy:

Erupción del volcán Puyehue – Día 184

Erupción del volcán Puyehue – Día 184

¡Cumplimos seis meses de erupción!

Ciertamente no esperábamos que fuera a durar tanto. La erupción arrancó antes del invierno y hasta los más pesimistas creíamos que terminaría antes de la primavera. Los políticos, en el otro extremo, pronosticaban que no sería problema de más de dos o tres semanas. ¡Manga de ilusos! Lo malo es que mucha gente les creyó y lo peor es que muchos funcionarios se agarraron de eso para no aprobar ayudas prometidas. Desde un primer momento se minimizó el asunto y aun hoy, después de seis meses de erupción ininterrumpida, se siguen pateando las ayudas y escondiendo los problemas. No en Bariloche, donde con un poco de cambio de hábitos la vida continúa bastante normal, ni en Villa La Angostura, donde las topadoras siguen cargando arena en enormes camiones y de a poco regresa el verde al paisaje. El problema son los alrededores, los parajes aislados y olvidados donde los animales se mueren por la falta de agua y comida, la gente se encierra en sus casas durante las interminables tormentas de polvo, sin estadísticas de afecciones pulmonares, daños a la vista, cambios en la calidad de vida, escolaridad alterada y un largo etcétera.

Pero eso lo desarrollaré más adelante. Hoy tengo otras cosas para mostrar. Hace una semana, casi en concidencia con estos seis meses, cruzamos a Chile y pude ver y fotografiar un paisaje casi surrealista, con bosques a medio camino entre un otoño-invierno y un incendio.

En ese lugar, cerca de donde sale el sendero a la cascada de Santa Ana, me metí dentro del bosque para satisfacer la curiosidad. Empecé pisando con cuidado, temiendo enterrarme en la arena, pero la verdad es que el suelo es muy compacto. Tal vez sea porque está saturado de agua o la mezcla de distintos tamaños de ceniza logró una masa bastante dura sobre la que se puede caminar con seguridad.

Y adentro del bosque recordé la sensación de estar en medio de un bosque quemado, monocromático y silencioso.

En Chile pude ver lo que me habían contado mis compañeros de trabajo, aunque las nubes de lluvia no dejaban ver mucho. En cercanías del volcán, entre 15 y 20 kilómetros del cráter, los árboles han perdido las hojas o las tienen de color marron, como si estuviéramos en otoño. En Chile la mayoría de los árboles son perennes, el siempreverde valdiviano es muy característico y por eso ver un paisaje amarronado llama mucho la atención aun cuando en el suelo hay menos ceniza acumulada que en el paso.

Todavía se estudian las causas, pero las sospechas pasan por la lluvia ácida que podría estar cayendo de manera casi continua por estos meses, por cambios en la química del suelo, por asfixia de las raíces con la ceniza compactada o incluso por la caída de la ceniza caliente en el primer día. Seguramente no haya un único culpable sino que sea una combinación de factores, como suele suceder en eventos de esta complejidad.

Y para cerrar, las imágenes satelitales de hoy, con la pluma que estuvo dirigiéndose al norte y que a última hora se dejó ver en el horizonte, cuando las nubes de tormenta se fueron dispersando.